viernes, 18 de diciembre de 2009

Érase una vez...

...un examen de Farma un lunes, un día antes de las vacaciones de Navidad... Por si fuera poco, el viernes anterior, mientras todo el mundo dormía por haber salido a celebrar algo el jueves, una chica se dispone a pasarse la mañana entera estudiando... por lo menos hace mal tiempo y no apetece salir... pero resulta que tiene que ir a comprar el billete de tren para poder volver a casa por Navidad... se asoma al balcón : no llueve :)... sale a la calle, empieza la lluvia. Lluvia que termina en el mismo momento en el que entra en la estación... hay que añadir que esa misma mañana había pasado media hora alisándose el pelo. Conclusión: tiempo perdido y más, si la tal chica vive en Cádiz.

Después del diluvio, más propio de la época de Noé que de la actual, va a la biblioteca a comenzar el repaso intensivo con M., pero pronto llega el gusanillo, así que la chica, deja sus apuntes y va a comer...

Después de una pequeña, pero merecida siesta, vuelve a la biblioteca, sabiendo que le espera una dura tarde, pero tranquila.... los viernes eso está más desierto que las escenas de las pelis del oeste en las que pasa un remolino... pero la chica no se imaginaba hasta qué punto...

Al llegar a la puerta, ve un maravilloso cartel: CERRADO....

- Cerradoooo????? No puede ser.... no puede ser.... mis apuntes están dentro-exclama la chica-. Bueno, tranquilidad... mañana abren y los recupero y esta tarde me apaño... pero si mañana es sábado!!! No abren hasta el lunes... joder.... todo dentro, todo... hasta los esquemas...

Su compañera S. intenta tranquilizarla, diciéndole que hay dentro limpiadoras... pero que parece que ahora se las ha tragado la tierra... Intentan buscar otra entrada... y de las ventanas sólo sale ruido de platos (al parecer han cerrado la biblioteca para hacer una comida de empresa??? :S).

Por suerte, MJ ve entrar a alguien del catering por una puertecita y la chica va a habar con él casi amenazándole:

-Necesito entrar ya, le dice.

El hombretón la mira y responde:

-No. Y punto.

La chica pone ojos de corderito degollado, convenciéndole para que hablara, por lo menos con las limpiadoras.

- Espera aquí fuera y ya si eso, las busco-accede el hombre al fin-.

Ella, desesperanzada, ve la luz en forma de mujer con uniforme. La conduce hasta la biblioteca. La chica está tranquila.... todo se va a solucionar pronto, pero ay! Qué confundida estaba... Al llegar a la mesa en la que había dejado los apuntes... no estaban. La limpiadora le dice que busque por el mostrador o las estanterías, porque alguien lo habrá recogido... pero por allí no aparece nada...

Resignada a depender de la generosidad de sus compis durante el finde, la chica abandona la biblioteca, cuando de pronto, un dibujo en una carpeta le resulta familiar... una carpeta que pone Epidemiología General y Demografía Sanitaria, que no era de ella, pero que estaba en su mesa esa mañana... la levanta, y aleluya!!! Después de agradecer mil y una vez a las limpiadoras su labor y aguantar su bronca de madre tipo a-ver-para-qué-queréis-unos-bolsos-tan-grandes-si-después-dejáis-todo-por-ahí-tirado, la chica sale corriendo, limpiándose el sudor de la frente...

Creo que esta chica nunca se había alegrado tanto de poder estudiar una tarde de viernes...

y como imagináis, esta chica soy yo... porque esto sólo me podía pasar a mí...

5 comentarios:

  1. guauuuu que historion... son de esos tan absurdos.. que son verdad!!! jajajaja

    A.

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  2. jajaja pero qué personaje estás hecha!!!
    moraleja: si vas a la biblio, no pierdas a las limpiadoras de vista: son el séptimo poder xD
    suerte con Farma! bss

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  3. me suena esta historia como si la hubiera vivido.... q ratito..:S

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  4. jajajajaaja lo que no te pase a ti.. pero seguro que luego estudiaste cn mas ganaas farmaa ehh!!

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  5. Puff solo leer farma ya me solidarizo contigo
    Un beso!

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