sábado, 31 de octubre de 2009

La Belle Personne


Llevo, con este, tres años en Cádiz. Sabía de la existencia de Alcances (campus cinema), había pensado en ir alguna vez, pero nunca llegaba a hacerlo... hasta el jueves pasado, en el que A. me habló de una peli que tenía buena pinta, "La Belle Personne" (Christophe Honoré)


Fui con la idea de un proyector, sillas incómodas y poca gente... total, por 1,5 euros... Y la verdad, es que la sala era una normal del cine del centro, con sillones cómodos, y además, estaba prácticamente llena.


En cuanto a la peli, en versión original, también me sorprendió. Ambientada en el París actual, cuenta la historia de una chica, Junie, que tras la muerte de su madre se traslada a otro instituto con su primo y empieza a salir allí con un chico... pero se enamora perdidamente de su mujeriego profesor de italiano... no digo el final... sólo adelanto que no es la típica historia (y eso me gustó). Es una supuesta adaptación de "La Princesa de Clevés", de Madame Lafayé.


La banda sonora está bastante bien y, en concreto, me fijé en una canción en francés que me ha costado 3 días encontrar... y en el profesor de italiano (Louis Garrel) que no tiene desperdicio ;)




Y es que esta chica se ve en una situación en la cual, en un momento u otro, todos nos hemos visto... elegir algo que deseamos ahora con todas nuestras fuerzas y sabemos que nos causará dolor... o huir de ello para protegernos a nosotros mismos...



y el jueves que viene... Vals con Bashir (Ari Folman)
Pd: qué bien sienta el aire del pueblo!! :) :) :)



miércoles, 28 de octubre de 2009

Esos días...

1er día de prácticas: micro. Llegamos al hospital, reunión con el profe y laboratorio. 3 horas de pie viendo cultivos y más cultivos (creo que hemos visto exudados vaginales para todas nuestras vida, y lo que es peor, los hemos olido). Todo me suena a chino, pero con algo me voy quedando... Paseo por el laboratorio y hacemos un cultivo de mucosas faríngea y nasal.... a ver qué bichito aparece mañana... primer contacto mejor de lo que esperaba... aunque acabo reventada...

Llego a casa a las 3, a cocinar.... y, ¿qué es lo peor que puede pasar? Que después de 15 minutos preparando cosas, por arte de magia la sartén acabe en el suelo... dudo entre comer o dormir (menos mal que N. tenía unos macarrones maravillosos de sobra). No duermo. Mi portátil sigue sin resucitar.Me tiro toda la tarde arreglando carnets y papeles. Tengo una supuesta clase a las 8 en la avenida, que en realidad la están fusionando con una de las 7 y no llego. Casi pierdo el billete para ir a casa en el puente. Se me caen las llaves en el hueco del ascensor. Subo. Quito las cortinas de la cocina. Intento recuperar las llaves con la barra. No llega, obviamente. No soy capaz de volver a poner las cortinas. No sé si llorar, si reírme o directamente acostarme... ¬¬

sábado, 24 de octubre de 2009

Caricias...

"En el platillo de la balanza coloco mis odios; en el otro, mis amores. Y he llegado a la conclusión de que las cicatrices enseñan; las caricas, también"

Con esta frase de contraportada me conquistó mi última adquisición: "El porvenir de mi pasado", de Mario Benedetti.

Lo conocí con cuentos, cuando hace ya unos 6 años llegó a mis manos por casualidad una recopilación de ellos ("La sirena viuda"). Y con los cuentos me quedo.

martes, 20 de octubre de 2009

Por fin algo normal

Era una mañana de domingo... o de sábado, bueno no lo se muy bien, lo que si recuerdo que era puente y quizás por eso no me sitúo temporalmente. No recuerdo el día en concreto pero sí lo que sucedió.
Yo era totalmente consciente de mis actos, la resaca no era excesívamente pronunciada y la jornada ociosa no se presentaba con muchos altibajos.
Me decidí a saborear un delicioso café de Nicaragua, muy cargado, para despertarme, animarme y recordar a la doctora B. que me lo regaló. Tanto lo cargué que se me dilataron las pupilas hasta hacerme daño, la lengua se me pegó al paladar y de repente aparecí en el salón ya duchado y vestido. Era un café tan cargado que se me modificó incluso el acento y empecé a usar terminología típica del sur de América...deja que te coja...ayer tomamos mucho...o espera que luego platicamos. Esto me pareció un poco raro pero bueno, acepté mi nueva situación y continué con mi vida. Que más da el acento, en el fondo sigo siendo el mismo.
Después del café me quedé con un poco de hambre. No soy yo muy de desayunos a lo Truman Capote, (para desayunar...no con diamantes...se tomaba el tio un cigarro y una aspirina...que viva la dieta mediterránea). Lo del cigarro sí lo comparto, pero es que soy alérgico a la aspirina y no me van esas emociones tan fuertes.
Bueno, por donde iba, me entró hambre y me decidí a tomarme una tostada con tomate. Pero no en rodajas, ni frotándolo contra el pan...decidí prepararlo de la misma manera que lo hacen en la cafetería del mentidero. Conocida por algunos por su peculiar camarera, con cara parecida a un sapo...tortuga...o algún animal acuático raro. Toda ella adornada con una redecilla en el pelo que le da ese toque característicamente...feo. (Inciso: alguien podría decirle que más que una redecilla le sentaría mejor un pasamontañas que le cubra el rostro, pero eso es solo una opinión personal).
Pues eso, que experimenté por la cocina hasta mezclar los ingredientes que para mi daban a esos desayunos ese sabor tan característico y me lo tomé.
Todo parecía ir bien, a excepción de mi nuevo acento, que no me disgustaba pero me resultaba cuanto menos gracioso.
La sorpresa vino cuando me fui a fumar un cigarro y me di cuenta de la boca no estaba en su sitio. Estaba más plana y con menos cantidad de labio...después de mi experiencia anterior con el café me puse en lo peor y acerté.
Se me había quedado la cara de la camarera a la que tanto admiraba. Esto ya me hacía menos gracia. Un acento puede darle a uno una gracia especial, pero una cara de mujer, además poco agraciada, era algo que no podría soportar.
Mi desesperación iba en aumento cada vez que me veía reflejado en algún espejo y veía que era totalmente real, era yo mismo transformado en otra persona.
Esto se me estaba yendo de las manos. Estaba seguro de no haber tomado nada extraño en los días anteriores a excepción de un hummus un poco líquido, (pero muy sabroso y hecho con mucho amor), por lo que en el fondo estaba convencido de que todo era real.
Cuando ya no podía más intenté evadirme de la realidad tocando un poco el bajo.
Me senté, pulsé el botón de encendido del amplificador y comencé a trastear un poco.
A los pocos segundos apareció...no me lo podía creer, tercera situación fantástica en el mismo día. Apagué el amplificador y lo volví a encender...al segundo...otra vez. Me quedé un poco paralizado aunque no sorprendido después de lo sucedido anteriormente. Apagué definitivamente el amplificador...y ahora con el aparato apagado también pasaba lo mismo.
Una voz como electrónica...metálica...parecida a la que debe ser la voz del aparatito que usa Stephen Hawking me decía algo como..." entrenamiento no se que...doble..." no se...pero las tres veces dijo lo mismo.
Después de unos días en los que las cosas vilvían a la normalidad, ya no tenía acento...mi cara era la de siempre...el problema de la voz y el amplificador seguía sin saber como solucionarlo hasta que esta mañana descubrí el misterio.
Las tecnologías no van mucho conmigo y comentando mi locura me mostraron la verdad. Me pusieron la misma voz y resulta ser una opción del teléfono para hacer marcación por voz...cosa que nunca haré.
Un saludo,Ma.

martes, 13 de octubre de 2009

Rayos y centellas




Se notan que son los últimos rayos de sol, calientan pero no queman, como algunos besos.


Se nota por el color. Ya no se inundan las habitaciones del tono amarillo y fuerte del verano, ahora es más anaranjado, como un atardecer, como ese color sin nombre de la caja de ceras que está entre el amarillo y el naranja… es un tiempo indefinido, de tránsito hacia el frío y la oscuridad del invierno. El último adiós.



Desde los balcones, las plantas apuran estos momentos, para alimentar las últimas flores de la temporada, sin saber si sobrevivirán a las heladas que se acercan. Las aspas de los ventiladores se paran, vuelven a sus cajas y la función de los aires acondicionados se limitará a acumular polvo.



Si miras a las azoteas vecinas, ya no verás trajes de baño ni toallas con colores llamativos, y en los balcones empiezan a desaparecer las sillas de playa y las sombrillas acumuladas por falta de sitio.



Di adiós al azul del verano y dale la bienvenida al marrón que inundará las calles en forma de hojas muertas en el suelo y de árboles desnudos.



Cambia los cielos despejados, azules y brillantes, por las nubes y la lluvia gris. Vuelve a la sensación de dormir bajo mantas, a las duchas calientes, al olor de naftalina de los abrigos guardados en baúles. Vuelve a tener los pies fríos y la nariz como Rudolph. A sentir cada célula de tu piel cuando se erice.



Si este cambio no te gusta, tranquilo, por suerte o por desgracia, nada dura eternamente.

viernes, 9 de octubre de 2009

Inicio de curso...

Intentaré colgar una tontería de este tipo a la semana para darle color (aunque solo sea blanco y negro) al blog.
Un saludo, Ma