domingo, 26 de julio de 2009

Piedras en el camino...

He hecho mal en hacerlo bien... mi camino siempre ha estado lleno de piedras, como los caminos de todos... pero mientras otros se caían y aprendían a levantarse, yo las evitaba, no importaba cómo: las saltaba o las rodeaba, pero no tropezaba... y las consecuencias las noto ahora... aparecen piedras demasiado grandes o tan pequeñas que no me doy cuenta y con las que me tropiezo continuamente... y vuelvo al pasado, a cuando era una niña y me caía... supongo que al principio esperaba a que alguien me levantara, me curara "eso" rojo de las rodillas y lloraba desconsoladamente, pensando que el dolor no se acabaría nunca. Si me pasara ahora, simplemente me jodería, me levantaría y me curaría, porque me he tirado años por los suelos. Cosas que da la experiencia.

Bueno, pues sólo es cuestión de trasladar esa situación al plano no material... digamos que mi experiencia aquí es como la de un niño que está empezando a andar y tiene sus primeras caídas... no sé reaccionar, me quedo paralizada, tirada, desconsolada, sin saber qué hacer, dependiendo y esperando a que todo me lo solucionen los demás, aunque odie inmensamente reconocerlo... y la culpa es mía, por hacer de la evitación mi bandera, pensando que sin problemas sería más feliz. Y sé que esto es señal de que crezco como persona, pero, joder... ¡qué miedo da!

En estos momentos echo de menos tener 5 años y que mi mayor preocupación sea cambiarle los pañales al nenuco...

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