Me encanta rodearme de gente distinta a mí. Me enriquecen, me hacen pensar, me dan otros puntos de vista, una visión diferente de una misma imagen... me gusta cómo un mismo color es visto de forma distinta por dos personas, no hay una verdad yo veo azul y tú verde y los dos tenemos razón. El problema llega cuando piensas que tus creencias son las válidas, las correctas, las permitidas, las que importan y que tu verdad es LA VERDAD, la cual, realmente no existe.
Me gusta la gente con personalidad, que defienda lo que piensa, que me "remuevan" por dentro y lleguen y hagan tambalear mis más firmes creencias y me hagan ver que hay más realidades además de la propia.
¿Qué productividad tiene que todo el mundo que me rodea piense igual que yo? ¿Con quién podré discutir? ¿Quién me abrirá horizontes?
Y sí, es importante tener cosas que compartir con los amigos, como aficiones, gustos y esas cosas... pero la realidad es que a mí no me importa cómo vistas, que tu grupo favorito de música yo lo odie profundamente, que no tengas mis mismas ideas políticas... no compartimos nada de esto, es verdad... y sin embargo, todo me sobra...
Porque las clasificaciones son odiosas...
"Los contrarios concuerdan, la discordancia crea la más bella armonía". (Heráclito de Éfeso)
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Heráclito¿? Heráclito te voi a dar a tí...que te voi a quitar el peazo ese de nueve que tienes.....hum!!
ResponderEliminarPor cierto----->115
:D
Mariaaaaa!!! tú sabes q puedes de dejar de ser mi anónima favorita y poner tu nombre???? ay ay ay q me traes de cabeza con los numeritos... hummm q disfrutes de las totillitas personaja!!! un beso!
ResponderEliminarTe enviaría unas....porque con el juego que está dando correos este verano, jejeje
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